El náhuatl, lengua de los antiguos aztecas, ha dejado una profunda huella en el español y, de hecho, en muchos otros idiomas. Una de las palabras más populares y deliciosas que ha trascendido fronteras es el chocolate. Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo es la palabra chocolate en nahuatl y cuál es su origen? Aquí lo descubrirás.
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¿Qué origen tiene la palabra chocolate en el náhuatl?
En náhuatl, la palabra que dio origen a «chocolate» es «xocolātl», que se puede descomponer en «xoco» (amargo) y «ātl» (agua). Esencialmente, hace referencia a «agua amarga», ya que el chocolate original consumido por los aztecas era una bebida amarga preparada a base de cacao.
¿Cómo se consumía el xocolātl en tiempos prehispánicos?
A diferencia de las tabletas dulces y cremosas de chocolate que conocemos hoy en día, el chocolate en nahuatl, o xocolātl, era una bebida espesa que se preparaba mezclando cacao molido con agua, chiles y otras especias. Era una bebida reservada para la elite y a menudo se consumía en ceremonias religiosas y festividades.
¿Cómo evolucionó el xocolātl al chocolate que conocemos hoy?
Con la llegada de los españoles a América, el xocolātl fue llevado a Europa. Allí, la receta fue adaptada al paladar europeo, endulzándose y eliminando el picante. Con el tiempo, y gracias a las innovaciones en su procesamiento, el chocolate evolucionó desde una bebida amarga hasta las diversas presentaciones dulces y cremosas que disfrutamos en la actualidad.
¿Qué otras palabras de origen náhuatl están presentes en nuestra cotidianidad?
Además de chocolate en nahuatl, hay muchas otras palabras de este origen en el español contemporáneo. Algunas de estas incluyen tomate (tomatl), aguacate (ahuacatl) y chile (chilli). Es una prueba de la rica herencia lingüística y cultural que el náhuatl ha dejado en nuestro lenguaje y en muchos aspectos de la vida cotidiana.
Miguel León Portilla: destacado historiador, filósofo y escritor mexicano, considerado una autoridad en la cultura y literatura náhuatl. Trabajó como investigador emérito en la Universidad Nacional Autónoma de México y fue galardonado con la prestigiosa Medalla Belisario Domínguez en 1995. León Portilla se especializó en revalorizar la literatura náhuatl, contribuyendo significativamente a la educación bilingüe rural en México y defendiendo con fervor los derechos de los pueblos indígenas.